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Ser mamá no es fácil... El manual no existe

  • Foto del escritor: This Is Jai
    This Is Jai
  • 18 feb 2020
  • 4 Min. de lectura

Ser madre es tarea difícil. Esta vez no voy a generalizar, vengo a hablar de nosotras: las tantas mamás “solteras” que me pueden estar leyendo y las tantas que no lo son. Aquí no vengo a sonar feminista o apuntar a: tantas parejas maravillosas que conozco y que hacen un trabajo increible criando juntos bajo un mismo techo, mucho menos a las personas que manejan un co-parenting saludable y hacen hasta lo que no pueden por sus hijos, ni a los que por elección no están. Al final el bien común son nuestros pollis, ellos son los que se lucran o no de cualquier situación a la que como papás le expongamos.


Yo quede embarazada a los 18 años, tuve a mi pollita a los 19. Tiempos difíciles pero los mejores. Ahora, me tuve que ajustar el pantalón, decidir que quería hacer y cómo iba a manejar la situación. Fuerte… bien fuerte, pero decidida a lo que iba. Y aquí estoy, con una muñeca de 11 años que me la pone difícil a veces pero es lo mejor que me ha pasado. Una crianza que me he sudado, de la cual me siento orgullosa al sentarme de lejos y decir “yo estoy criando ese pequeño ser humano”, que creo que sabe más que yo, so... es un mini monstruo – jajaja.

Muchas veces se subestima la seriedad de criar un niño, muchos más que saber, comprenden que no es fácil. Ser mamá es una tarea ardua, que requiere mucho compromiso, que demanda disponibilidad 24/7, un corazón repleto de amor y muchos otros complementos para que des con la clave: una crianza bien hecha - OJO - no perfecta, bien hecha. Con esto no quiero decir que no me gusta ser mamá o cualquier cosa que quepa en la mente, es que simplemente es un workout de repeticiones sin descanso. ¿Ustedes saben cuándo entrenan y esta ese dolor que pica y te gusta? ¡ASI! Yo estoy segura que muchas veces no sabemos si los pensamientos de cansancio están bien pensarlos o sentirlos, ¡sí! están bien. Estoy segura que calladitas, hablando con nosotras mismas nos hemos encontrado juzgándonos por una reacción que tuvimos ante una situación específica, no te sientas mal ni mucho menos la peor mamá de la tierra. Dejemos de enfocarnos en esas cosas, premiémonos por las veces que damos todo y más, date un cumplido bonito de esos que llenan el alma. A mí me pasa que reprendo a mi hija y después me siento terrible, pero amarla es darle dirección, amarla es dejarle saber que no puede repetir algunas conductas, amarla es dejarle saber lo que está bien y está mal. No confundamos amar con las cosas que se pueden comprar, en “Bailemos bajo la lluvia” les decía que los niños son amigos de las cosas sencillas, reafirmo que los son.

Ser “la persona” en la vida de otra persona es bien comprometedor, por eso es tan difícil ser mamá, lo somos todo en la vida de esa personita. Muchas veces no se entiende el trabajo (porque ser mamá es un trabajo sin paga monetaria, aquí se paga con amor), que nosotras hacemos y ¿sabes qué? nadie tiene que entender nada. Mama que me lees: frústrate, llora, grita… si en ocasiones así te sientes, lo estás haciendo bien. Esto de ser mamá no es fácil, pero cuando los haces con amor y entregas todo de ti para que salga bien las recompensas son inigualables, las más gratificantes. Cuando pienses que no puedes más, que la vida se te viene abajo, te digo yo sin conocer tu situación, ¡sigue! Lo estás haciendo bien. Pudiera llenar la página de momentos en los que la frustración se apodera de mis y siempre hay un ángel que me da la palmada por la espalda y me dice “Jai, vas bien”. Es ahí donde miro al cielo y doy gracias.


Yo muchas veces me frustro y me cuestiono múltiples cosas pero luego veo esos ojos que me miran con tanto amor y me doy cuenta que soy su persona, orgullosamente soy su casa. Este camino lo estamos recorriendo juntas, cada una aprendiendo día a día de la otra, de la vida, de los errores pero juntas. Ser mamá no es fácil, el manual no existe y el consejo de vivencia de otra mamá no dicta como te va a ir. Ni cerca, pero no dejemos de juntarnos, juntas somos más fuertes. Yo soy la primera que desahoga con otra mamá amiga mis experiencias positivas o las más retantes y es que entre mamás nos entendemos a veces mejor.

No es fácil ser mamá de una pre adolecente- etapa actual que estoy, ¿ustedes recuerdan los dolores de cabeza que le causamos a nuestros papás? Al mismo tiempo es lo más cool de la vida, estos 11 años han sido los más lindos que he vivido. Al final del día, miro el camino recorrido y me siento complacida, porque la mayoría de los kilómetros recorridos los hemos ido avanzando ella y yo, como decimos “a fuerza de cantazo”, pero las dos. Y yo sé que ella me mira como mucho orgullo, sus ojos me lo dicen en múltiples ocasiones. Esos ojos dicen más que muchas palabras, esos ojos que tengo la dicha de mirar cada día, esos ojos que me miran con tanta complicidad. Si tuviera que repetir, lo haría exactamente igual.

¡Aquí lo que les quiero decir es que le metan! Que ser mamá no es fácil pero es lo mejor. Que no tener alguien al lado que te acompañe en la crianza no cambie tu compromiso ni el camino que le vas a trazar. No vas a cubrir dos bases, vas a cubrir la que te toca, frente en alto y orgullosa de la mamá en la que diariamente te conviertes. No te tocan dos roles, cada cual es responsable de asumir que le corresponde. Y quizá has escuchado esto antes pero “lo que no tienes no te hace falta y no lo necesitas”. Amiga, sin que se te quede nada, no te sientas mal, simplemente se mamá, créeme, eres suficiente. Apostemos por la salud mental, el amor, la felicidad de nuestros hijos y menos a lo que el de afuera piensa y los tabúes.


El camino es arduo, uno tiene que ser consistente pero Dios nos premia de las formas más simples, date cuenta.


A ustedes: las que crian y las que ya criaron (como mi mamá), ¡aplausos!


XO - Jai

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